Este proyecto consistía en la demolición completa de un edificio entre medianeras y la nueva construcción de otro dedicado a vivienda unifamiliar de dos plantas más buhardilla.

Vivienda para una pareja joven, donde las premisas de partida estaban bastantes claras: comodidad, sencillez, modernidad y luz. Con estos ingredientes, un gran resultado está asegurado.

El mayor reto a la hora de diseñar y proyectar, era sacar el máximo partido a una parcela con unos condicionantes diferentes, pues tiene poca anchura y mucho fondo. Buscar la entrada de luz a través de patios era el objetivo principal de la intervención.

En la vivienda se invierte la entrada natural: desde la calle accedemos a un espacio cubierto y comunicado con un patio, y desde éste último accedemos finalmente a la vivienda. Esto permite que el habitante acceda al corazón de la vivienda dominado por una escalera metálica y una gran doble altura que dota de espacialidad a la misma. Una secuencia de espacios va configurando una vivienda que se abre hacia el exterior sea la planta que sea y que al mismo tiempo la aleja del ruido exterior.

Un proyecto rico en espacios con complejidades compositivas que perfeccionan, complican y en definitiva lo completan.